Los tigres siberianos en cautividad en la provincia nororiental china de Heilongjiang son forzados por los zoólogos que los crían a ayunar un día a la semana para que se acostumbren a la vida salvaje, informó hoy la agencia de noticias Xinhua.
"La terapia del hambre puede reactivar su instinto y su interés por acechar a las presas", señaló Wang Ligan, director del Centro de Cría de Felinos Henghedaozi, en la ciudad de Harbin.
Wang negó que esta terapia sea peligrosa para la salud del tigre siberiano, una de las diez especies de animales del mundo que afrontan un mayor riesgo de extinción, "ya que a menudo pasan hambre en el medio salvaje".
La idea es que los tigres recuperen parte del instinto que les es propio, abotargado por su estancia en una reserva en la que suelen comer pollos desplumados y carne de ternera troceada, sobre todo desde que se prohibió la práctica de que los visitantes pagasen por un animal vivo para ver cómo lo cazaban y comían los tigres.
Fundada en 1986 con tan sólo ocho tigres, la reserva de Harbin ha anunciado que entrenará a 620 tigres en cautividad para ponerlos en libertad en su ámbito natural, el noreste de China y el lejano oriente ruso.
Conocido también como tigre de Manchuria, se estima que no hay más de 400 tigres siberianos en el mundo que vivan en su medio natural, de ellos no más de 20 están en China.
Los zoólogos chinos han adoptado una serie de medidas para aumentar la esperanza de vida de estos grandes felinos rayados, como pruebas de ADN, controles regulares de salud y tratamiento y prevención de enfermedades Fuente: EFE
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