viernes, 3 de junio de 2011

Los perros interpretan nuestra “energía” y lenguaje corporal

Cuando intentas comunicarte con tu perro ¿cómo lo haces? ¿le pides que vuelva junto a ti cuando sale corriendo detrás de otro perro, cada vez más excitado y en voz más alta?, ¿le explicas como si fuera un bebé que eso que lleva en el hocico no lo puede agarrar porque es tu zapato favorito?, ¿le ruegas que se baje del sofá mientras él te mira fijamente, pero no hace nada por abandonar su posición? Si es así, está claro que algo falla.

El humano ha aprendido a comunicarse a través del lenguaje y considera que es la única forma de comunicación posible, pero esto no es así. Existe un lenguaje que todos los animales "hablan" sin tan siquiera saberlo, incluyendo al animal humano.

Todos los animales nacemos sabiendo este "lenguaje" de forma instintiva. Aunque creamos que ya no sabemos hablarlo, en realidad lo estamos haciendo continuamente. Otras especias animales pueden entendernos, aunque nosotros no tenemos ni idea de cómo entenderles a ellos. Este lenguaje universal se llama “Energía” y es común a todas las especies. A diferencia de nosotros, a los animales no les hace falta preguntar a los demás cómo se sienten. La energía que proyectan les da toda la información que necesitan.

Junto con la energía, los perros utilizan el olfato, su segundo sentido más desarrollado. Cuando hablamos de que un perro puede oler el miedo, no es solo una expresión. En un perro, la energía y el olfato están profundamente conectados.

En cuanto cambiamos de un estado a otro, por ejemplo al miedo, el perro lo detecta instantáneamente, y sabe que está en ventaja sobre nosotros, pues le estamos transmitiendo una energía débil.

La energía es un lenguaje de emociones. No hace falta decirle a un animal cómo nos sentimos, él lo sabe, incluso antes de que nos demos cuenta. Puedes gritar a tu perro hasta quedarte afónico para que obedezca una orden, pero si no eres capaz de enviarle la energía apropiada, no obtendrás ningún resultado. Es más, dado que los perros perciben los gritos como un estado de excitación emocional y por lo tanto de inestabilidad, dejará de confiar en ti. Un líder inestable no es un buen líder.

El perro está continuamente observándonos, interpretando nuestra energía, nuestro lenguaje corporal. El olfato funciona también como lenguaje para los perros. Les proporciona una enorme cantidad de información sobre su entorno y sobre los demás individuos que están en él.

Cuando nos acercamos por primera vez a un perro, este utiliza su olfato para chequearnos. Durante este proceso, hay que dejarlos hacer, no hay que tocarlos, hablarles, ni por supuesto huir. La única forma de poder compartir un espacio en armonía, es aprender a distinguir al otro por su olor. Una vez nos hayan "fichado" se sentirán cómodos. El estatus que a partir de ese momento tengamos dentro de su mundo, dependerá de la energía que le hayamos transmitido. Una energía firme y tranquila, nos dará una posición de poder, mientras que una energía sumisa será la de un seguidor.

Tu perro y tú están continuamente comunicándose mediante la energía, con el lenguaje corporal y el olor. ¿pero sabes qué tipo de energía estas proyectando? ¿cómo interpretas los mensajes que él te envía? Solo regresando a la naturaleza innata del perro y tratando de ver el mundo a través de sus ojos y no de los nuestros. Considerando al perro primero como un animal y no como un humano de cuatro patas, será más fácil entender su lenguaje y oír claramente lo que realmente está diciendo.

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